Explorando el arte asiático: El Rijksmuseum de Ámsterdam presenta una exposición única
La exhibición incluye piezas curiosas como una figura de la Edad de Bronce del Valle del Ganges, apodada “Patrick” por parecerse al personaje de “Bob Esponja”.
El Rijksmuseum de Ámsterdam ha lanzado una exposición que revela nuevas perspectivas sobre el arte asiático antiguo, utilizando tecnología avanzada para descubrir los secretos mejor guardados de 75 tesoros de bronce que datan de milenios atrás. Entre estos hallazgos se incluye un enigmático objeto budista del siglo XV, aparentemente simple en su exterior, pero que esconde scrolls y objetos sagrados en su interior, desvelados por técnicas como la tomografía de neutrones.
Una de las piezas más fascinantes es una estatua de Guhyasamaja Akshobhya de 32 cm, proveniente del Tíbet. Sara Creange, conservadora de metales del museo, buscaba comprender qué contenía la estatua más allá de lo que una radiografía simple podía revelar. Junto a la Universidad Tecnológica de Delft, Creange descubrió que la estatua estaba cuidadosamente llena de material orgánico, incluyendo scrolls con posibles mantras tántricos y otros objetos aún por identificar.
La exposición no se limita a esta estatua; también incluye artefactos como una figura antropomórfica de la Edad de Bronce de la región del Valle del Ganges, apodada “Patrick” por su semejanza con un personaje de “Bob Esponja”. Esta figura es un claro ejemplo del ingenio y la habilidad de los antiguos artistas asiáticos, quienes utilizaban técnicas de fundición avanzadas para transformar el bronce en un medio no solo artístico, sino también espiritual y religioso.
El bronce, una aleación de cobre y estaño, se convirtió en un material fundamental en Asia debido a la gran disponibilidad de estaño en la región, lo que permitió a las civilizaciones asiáticas desarrollar impresionantes técnicas de fundición. Según William Southworth, curador de arte del sudeste asiático, el bronce fue clave para representar y difundir creencias religiosas, como el budismo y el hinduismo, a través de imágenes devocionales.
Uno de los elementos más intrigantes de la exhibición es la sala dedicada a los “espejos mágicos”. Estos espejos de bronce, originarios del periodo Edo en Japón, ocultan imágenes cristianas que solo se revelan cuando una luz brilla desde un ángulo específico. Esta técnica permitía a los creyentes adorar en secreto durante los primeros años de introducción del cristianismo en Japón.
La exposición también permite una interacción única con las piezas. Los visitantes pueden caminar bajo un arco de templo indio del siglo XIX, o incluso activar el sonido de campanas chinas del siglo VIII, sumergiéndose en la experiencia multisensorial de las obras.
Taco Dibbits, director general del Rijksmuseum, destaca que la exposición busca alejarse de la mirada etnográfica tradicional que muchas veces se aplica al arte asiático. “Queremos destacar su valor artístico”, afirma Dibbits. Menno Fitski, jefe de arte asiático del museo, reflexiona sobre el poder emocional de estas obras, resaltando cómo las generaciones pasadas han depositado sus emociones y preocupaciones en estas estatuas, creando capas de significado que van más allá del simple metal.
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La exposición del Rijksmuseum ofrece una oportunidad única para ver el arte asiático antiguo bajo una nueva luz, apreciando no solo su maestría técnica, sino también el profundo simbolismo espiritual que han albergado durante siglos.
Con información de The Guardian.
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